VII

¿Y yo tranquila, he de gozar en tanto

de blando sueño y lecho cariñoso,

mientras herida de mortal espanto

moras en el profundo tenebroso?

¿Llegará a tanto el insensible olvido?...

¿La ingratitud del hombre a tanto alcanza,

que entre uno y otro lazo desunido

ceda siempre al vaivén de la mudanza?

¡Odioso y torpe proceder de un hijo,

a quien la dulce madre en su agonía,

con besos y caricias le bendijo

olvidando el dolor por que moría!