LXXXVIII

Justicia de los hombres, yo te busco,

pero sólo te encuentro

en la palabra, que tu nombre aplaude,

mientras te niega tenazmente el hecho.

—Y tú, ¿dónde resides —me pregunto

con aflicción—, justicia de los cielos,

cuando el pecado es obra de un instante

y durará la expiación terrible

mientras dure el infierno?