A CARMEN

Sin freno ni pudor, encenegada

Allí en las ondas del deleite impuro,

Tú vives sin pensar en lo futuro,

De tus deberes santos olvidada.

¿Quién puede contener la arrebatada

Corriente que te arrastra á un mal seguro?

Para volverte al bien ya no hay conjuro,

Y ruedas al abismo, despeñada.

¡Qué horrible despertar el que te espera

Tras ese sueño del amor insano!

¡Qué horrenda realidad tras la quimera

Del goce que imaginas soberano,

Al llegar la vejez adusta y fiera

Con sus arrugas y cabello cano....!