SOLO!

En medio de la noche, cuando gime

El viento entre las hojas, y murmura

La mansa fuente cristalina y pura

Y duerme el orbe con quietud sublime,

¡Cómo la triste soledad imprime

En mi sér el dolor y su amargura!

El alma el cáliz del pesar apura

Y nadie del tormento la redime.

Si tú que dulce, cariñosa y buena

Halagas al que sufre y al que llora,

Me vieras en mis horas de agonía,

Dolida de mi mal, de fuego llena

Vendrias á mis brazos seductora,

Y fueras, Lélia, para siempre mía.