A LA FELICIDAD

Sombra eres que persigue delirante

El hombre, y forma su mejor anhelo,

Desde que un rayo de la luz del cielo

Su frente baña con cariño amante.

Amor, riqueza, gloria deslumbrante,

Omnímodo poder, paz y consuelo,

Todo lo llevas tú que en raudo vuelo

El orbe cruzas con fulgor radiante.

Mas ay! no escuchas el clamor sentido

Con que ferviente el corazón te invoca;

Sorda á los ruegos, sin piedad pareces.

Como Ulises, te cubres el oido

Y el éter hiendes, y voluble y loca

Prometiendo volver, te desvaneces.