SOR JUANA INES DE LA CRUZ

Le dió la hermosa juventud sus flores:

Era bella y gentil; su gallardía

Allí en la corte vireinal lucía

Hiriendo pechos, inspirando amores.

Brillaban en sus sienes los fulgores

Del sacro fuego que en su mente ardia,

Y nunca el ave remedar podia

Las notas de sus cantos seductores.

Y cuando más el pueblo mexicano

Sus gracias, su virtud y su talento

Lleno de orgullo proclamaba ufano,

Dominada de oculto pensamiento,

Teniendo, acaso, horror al mundo insano,

Ocultóse en las sombras de un convento.

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