IX

Volviendo al asunto, el árabe, concluido ya su tratado público con los embajadores de Cambises, para servir a su aliado, toma el medio de llenar de agua unos odres hechos de pieles de camellos, y cargando con ellos a cuantas bestias pudo encontrar, adelantóse con sus recuas y esperó a Cambises en lo mas árido de los desiertos. De todas las relaciones es esta la más verosímil, pero como corre otra, aunque lo sea menos, preciso es referirla. En la Arabia hay un río llamado Corys que desemboca en el mar conocido por Eritreo. Refiérese, pues, que el rey de los árabes, formando un acueducto hecho de pieles crudas de bueyes y de otros animales, tan largo y tendido, que desde el Corys llegase al arenal mencionado, por este canal trajo el agua hasta unos grandes aljibes que para conservarla había mandado abrir en aquellos páramos del desierto. Dicen que a pesar de la distancia de doce jornadas que hay desde el río hasta el erial, el árabe condujo el agua a tres parajes distintos por tres canales separados.

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