XCVI

Llegados a Esparta los samios echados de la isla por el tirano Polícrates, y presentados ante los magistrados como hombres reducidos al extremo de miseria y necesidad, hicieron un largo discurso pidiendo se les quisiera socorrer. Respondieron los magistrados en aquella primera audiencia, más a lo burlesco que a lo lacónico, que no recordaban ya el principio, ni habían entendido el fin de la arenga. En otra segunda audiencia que lograron los samios, sin cuidarse de retórica ni discursos, presentando a vista de todos sus alforjas, sólo dijeron que estaban vacías y pedían algo por caridad. A lo cual se les respondió, que harto había con presentar vacías las alforjas, sin ser menester que pidiesen por caridad; y se resolvió darles socorro.

Share on Twitter Share on Facebook