Feretima, a cuya disposición y arbitrio dejaron los persas la ciudad, no contenta con empalar alrededor de sus muros a los Barceos que más culpables habían sido en la muerte de Arcesilao, hizo aún que cortados los pechos de sus mujeres fuesen de trecho en trecho clavados. Quiso además que en el botín se llevasen los persas por esclavos a los demás Barceos, exceptuando a los Batiadas todos y a los que en dicho asesinato no habían tenido parte alguna, a quienes ella encargó la ciudad.