CLXV

En tanto que Arcesilao se detenía en Barca preparando su misma ruina, Feretima su madre cumplía con todas las funciones honrosas de gobernadora del reino en lugar de su hijo, acudiendo al despacho de los negocios y presidiendo en el consejo de estado. Pero apenas supo que su hijo habla sido asesinado en Barca, huyó sin más dilación al Egipto, a lo que la movieron los servicios que Arcesilao tenía hechos a Cambises, hijo de Ciro, habiendo sido el que puso a Cirene bajo la protección del persa, y se la hizo tributaria. Llegada Feretima al Egipto, imploró la protección de Ariandes, suplicándole quisiese ampararla y vengarla de los rebeldes, valiéndose del pretexto de decir que por adicto a los medos había muerto su hijo.

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