Los tracios que llaman Apsintios, habiendo cogido a Eobazo que huía por la Tracia, la sacrificaron conforme a su rito particular a Plistoro, su dios nacional, dando a los demás de la comitiva otro género de muerte: Artaictes con los suyos, que no eran muchos, habiendo tardado algo más en salir de la plaza, fue alcanzado poco más allá de las corrientes de un río que llaman de la Cabra, donde después de un buen rato de resistencia, en que algunos de sus compañeros murieron, fue con los otros hecho prisionero, y con él un hijo suyo, que fueron reducidos a prisión en Sesto por los griegos.