IX

Con todo, acordaron al cabo los lacedemonios responder a los embajadores y mandar salir a campaña sus espartanos con el siguiente motivo: Un día antes del último plazo para la decisión del negocio, un ciudadano de Tegea, llamado Quileo, que era el extranjero de mayor influjo en Lacedemonia, habiendo oído de boca de los Eforos todo lo que antes les habían expuesto los embajadores de Atenas, bien informado del negocio, respondióles en esta forma: —«Ahora, pues, ilustres Eforos, viene todo a reducirse a un punto solo, y es el siguiente: si por acaso coligados los atenienses con el bárbaro no obran de acuerdo con nosotros, por más cerrado que tengamos el istmo con cien murallas, tendrán los persas abiertas por cien partes las puertas del Peloponeso. No, magistrados, eso no conviene de ningún modo; es preciso dar audiencia y respuesta a los atenienses, antes que no tomen algún partido pernicioso a la Grecia. »

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