Este consejo que dio a los Eforos el buen Quileo, y la reflexión tan exacta que les presentó, penetróles de manera que, prescindiendo de dar parte del negocio pendiente a los diputados que habían allí concurrido de diferentes ciudades, al momento, sin esperar a que amaneciera, mandaron salir de la ciudad 5.000 espartanos, ordenando al mismo tiempo que siete ilotas acompañasen a cada uno de ellos, y encargándolos a Pausanias, hijo de Cleombroto, padre de Pausanias e hijo de Anaxandrides, pues habiendo poco antes regresado del istmo con la gente que trabajaba allí en dicha muralla, acabó la carrera de su vida inmediatamente después de su vuelta: el motivo que le obligó a retirarse del istmo con su gente, había sido el haber visto que al tiempo de celebrar allí sacrificios contra el persa, se les había cubierto el sol y oscurecido el cielo. Pausanias, pues, destinado a la empresa, se asoció por teniente general a Eurianactes, el cual, como hijo de Dorieo, era de su misma familia. Esta fue, repito, la gente de armas que salió de Esparta, conducida por Pausanias.