CXXVI

En la edad inmediata a esta, Clístenes, señor de Sición, subió hasta tal punto el nombre de la misma familia, que la hizo mucho más célebre todavía. Esto Clístenes, hijo de Aristonimo, nieto de Mirón, y biznieto de Andreo, tuvo una hija llamada Agarista, a quien quiso casar con el griego que hallase más sobresaliente de todos; y así, en el tiempo en que se celebraban las fiestas olímpicas en las cuales alcanzó la palma con su cuadriga el mismo Clístenes, hizo pregonar que cualquiera de los griegos que se tuviese por digno de ser yerno de Clístenes, pasados sesenta días o bien antes, se presentase al concurso en Sición; pues que él había determinado celebrar las bodas de su hija dentro del término de un año, que se empezaría a contar desde allí a sesenta días. Entonces todos los griegos que se picaban de notables, ya por sus prendas y linaje, ya por la nobleza de su patria, concurrieron allá como pretendientes, a quienes estuvo Clístenes entreteniendo para ver quién era el más digno pretendiente en la carrera y en la palestra.

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