CXXXII

Volviendo a Milcíades, después de la derrota de los persas en Maratón creció mucho su crédito entre los atenienses, de quienes era antes ya muy estimado. Entonces, pues, pidió Milcíades a sus conciudadanos que le confiasen 70 naves con la tropa y estipendios correspondientes, sin declararles contra quiénes meditaba aquella expedición, asegurándoles solamente que si querían seguirle, iba a enriquecerles, pues pensaba conducirles a cierta provincia, de donde sin el menor daño ni peligro podrían volver cargados de oro. En estos términos pidió la armada, y los atenienses, confiados en lo que les prometía, se la cedieron.

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