Los que más padecieron de cuantos quedaron peleando fueron los de Quío, haciendo proezas de valor, sin perdonar esfuerzos contra el enemigo, ni desmayar un punto en el combate, siendo 100 sus galeras, y llevando cada una 40 ciudadanos de tropa escogida para la pelea. Bien veían que muchos de los aliados les vendían pérfidamente; pero no queriendo parecérseles en la cobardía y ruindad, por más que se viesen desamparados, con todo, con los pocos aliados que les quedaban continuaron en avanzar, embistiendo contra las naves enemigas, prendiendo muchas de ellas, pero perdiendo el mayor número de las suyas, hasta que se hicieron a la vela con las que les quedaban, huyendo hacia su patria.