CLXIV

Era este Cadmo un hombre tal, que habiendo heredado de su padre el principado de Coos, quieto a la Sazón y pacífico sin peligro de mal alguno, él, con todo, de su voluntad y por amor únicamente de la justicia, renunció en manos de los Coos el gobierno, y pasó a Sicilia, donde en compañía de los samios fundó la ciudad de Zancle, que mudó después este nombre en el de Mesana, en la cual él mismo habitaba. A este Cadmo, repito, venido a Sicilia del modo referido, envió allá Gelón, movido de su entereza, que en otras ocasiones tenía bien conocida. Y en efecto, a más de otras muchas pruebas que de su hombría de bien había dado, dio entonces una de nuevo que no fue de menor consideración, pues teniendo en su poder tan grandes sumas de dinero como le había fiado Gelón, no quiso alzarse con ellas pudiendo hacerlo impunemente, sino que al ver que habían salido victoriosos los griegos en la batalla naval, de cuyas resultas huía Jerjes con su armada, púsose luego en viaje para Sicilia, volviendo allá con todos aquellos tesoros.

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