XXIV

Así se explicó Pitio, y muy gustoso y complacido Jerjes con aquella respuesta, —«Amigo lidio, le dice, después que partí de la Persia, no he hallado hasta aquí ni quien diera el refrigerio que tú a todo mi ejército, ni quien se me presentara con esa bizarría, ofreciéndose a contribuir con sus donativos a los gastos de la guerra. Tú sólo has sido el vasallo generoso que después de ese magnífico obsequio que has hecho a mis tropas te me has ofrecido con tus copiosos haberes. Ahora, pues, en atención a esos tus beneficios, te hago la gracia de tenerte por amigo y huésped, y después quiero suplirte de mi erario lo que te falta para los 4 millones cabales de estateres, pues no quiero la mengua de 7.000 estateres en esa suma que por mi parte ha de quedar entera y completa. Mi gusto mayor es que goces de lo que has allegado, y procura portarte siempre como ahora, que esa tu conducta no te estará sino muy bien, ahora y después.»

Share on Twitter Share on Facebook