Habida la noticia, entraron en consejo los griegos sobre el caso, y entre muchos pareceres que allí se dieron, túvose por el mejor el de quedarse firmes en el puesto todo aquel día, pero que después de la media noche alzasen ancla y se fuesen a encontrar con las naves dichas que venían por aquel rodeo. Tomada esta determinación, viendo que nadie salía por entonces a acometerles, esperando la tarde de aquel mismo día, fuéronse hacia la escuadra de los bárbaros de Efetas, queriendo hacer una prueba de cómo peleaban los griegos y cómo con las naves acometían.