LXX

Dada la orden de hacerse a la vela, partieron hacia las aguas de Salamina, y se formaron en batalla a su gusto y placer, tan despacio, que no les quedó tiempo para darla aquel día. Sobrevino la noche y la pasaron ordenándose para pelear al día siguiente. Pero los griegos, y muy particularmente losvenidos del Peloponeso, estaban sobrecargados de pasmo y horror, viendo estos últimos que confinados allí en Salamina iban a dar a favor de los atenienses una batalla, de la cual, si salían vencidos, veríanse cogidos y bloqueados en una isla, dejando a su patria indefensa.

Share on Twitter Share on Facebook