28. La Rabia

La VIDA es un pozo de deleite; pero donde la chusma también bebe, allí todas las fuentes están envenenadas.

A todo lo limpio estoy bien dispuesto; pero odio ver las bocas sonrientes y la sed de los impuros.

Echan su ojo hacia abajo en la fuente: y ahora me mira su odiosa sonrisa fuera de la fuente.

El agua bendita la han envenenado con su lujuria; y cuando llamaron a sus sucios sueños deleite, entonces envenenaron también las palabras.

Indignada se vuelve la llama cuando ponen sus corazones húmedos al fuego; el espíritu mismo burbujea y humea cuando la chusma se acerca al fuego.

La fruta en sus manos es melindrosa y excesivamente blanda; su mirada hace que el árbol frutal sea inestable y se marchite en la cima.La fruta en sus manos es melosa y demasiado blanda; su mirada hace que el árbol frutal sea inestable y se marchite en la cima.

Y muchos que se han alejado de la vida, sólo se han alejado de la chusma: odiaban compartir con ellos fuente, llama y fruto.

Y más de uno que ha ido al desierto y ha sufrido la sed con las bestias de rapiña, no le ha gustado más que sentarse en la cisterna con sucios camelleros.

Y más de uno que ha llegado como destructor, y como granizo a todos los maizales, ha querido simplemente poner el pie en las fauces de la chusma, y así detener su garganta.

Y no es el bocado que más se me ha atragantado, saber que la vida misma requiere enemistad y muerte y tortura-cruzada:-

Pero yo pregunté una vez, y me ahogué casi con mi pregunta: ¿Qué? ¿La chusma también es necesaria para la vida?

¿Son necesarias las fuentes envenenadas, los fuegos apestosos, los sueños inmundos y los gusanos en el pan de la vida?

No mi odio, sino mi aversión, roía hambrientamente mi vida. Ah, muchas veces me cansé de espíritu, cuando encontré incluso a la chusma espiritual.

Y a los gobernantes les di la espalda, cuando vi lo que ahora llaman gobernar: traficar y negociar el poder... ¡con la chusma!

Entre pueblos de lengua extraña habité, con los oídos tapados, para que me siguiera siendo extraña la lengua de sus tráficos y sus regateos de poder.

Y tapándome la nariz, recorrí morosamente todos los ayeres y los hoyes: ¡verdaderamente, mal huelen todos los ayeres y los hoyes de la chusma garabatera!

Como un lisiado convertido en sordo, ciego y mudo, así he vivido durante mucho tiempo, para no vivir con el poder, el escribiente y el placer.

Con esfuerzo mi espíritu subió las escaleras, y con cautela; la limosnade deleite fue su refrigerio; en el bastón se arrastró la vida junto con el ciego

¿Qué me ha pasado? ¿Cómo me he liberado del odio? ¿Quién ha rejuvenecido mi ojo? ¿Cómo he volado hasta la altura en la que ya no se sienta ninguna chusma en los pozos?

¿Acaso el propio odio me creó alas y poderes que descienden de la fuente? ¡Hasta la más alta altura tuve que volar, para encontrar de nuevo el pozo del deleite!

¡Oh, lo he encontrado, hermanos míos! Aquí, en la altura más elevada, burbujea para mí el pozo del deleite. ¡Y hay una vida en cuyas aguas no bebe conmigo ninguna chusma!

¡Casi con demasiada violencia fluyes para mí, fuente de deleite! ¡Y a menudo vacías de nuevo la copa, al querer llenarla!

Y, sin embargo, debo aprender a acercarme a ti con más modestia: con demasiada violencia fluye aún mi corazón hacia ti:-

Mi corazón en el que arde mi verano, mi corto, caluroso, melancólico y excesivamente feliz verano: ¡cómo anhela mi corazón de verano tu frescor!

¡Pasada, la persistente angustia de mi primavera! ¡Pasada, la maldad de mis copos de nieve en junio! Me he convertido por completo en el verano, y en la tarde del verano.

Un verano en la altura más elevada, con fuentes frías y dichosa quietud: ¡oh, venid, amigos míos, para que la quietud sea más dichosa!

Porque esta es nuestra altura y nuestro hogar: demasiado alto y escarpado habitamos aquí para todos los impuros y su sed.

No echéis más que vuestros ojos puros en el pozo de mis delicias, amigos míos. ¿Cómo podría volverse turbio? Os devolverá la risa con su pureza. En el árbol del futuro construiremos nuestro nido; ¡las águilas nos traerán a los solitarios el alimento en sus picos!

En verdad, ¡ningún alimento del que los impuros puedan ser copartícipes! ¡Fuego, pensarían que devoran, y quemarían sus bocas!

En verdad, no tenemos aquí ninguna morada preparada para los impuros. Una cueva de hielo para sus cuerpos sería nuestra felicidad, y para sus espíritus.

Y como vientos fuertes viviremos sobre ellos, vecinos de las águilas, vecinos de la nieve, vecinos del sol: así viven los vientos fuertes.

Y como un viento soplaré un día entre ellos, y con mi espíritu, quitaré el aliento de su espíritu: así quiere mi futuro.

En verdad, un viento fuerte es Zaratustra para todos los lugares bajos; y este consejo lo da a sus enemigos, y a todo lo que escupe y vomita: "¡Cuidado con escupir contra el viento!"-

 

Así habló Zaratustra.

 

 

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