31. La canción de la noche

Es de noche: ahora todas las fuentes que brotan hablan más fuerte. Y mi alma también es una fuente que brota.

Es de noche: ahora sólo despiertan todas las canciones de los que aman. Y mi alma también es la canción de un amoroso.

mí algo insatisfecho, inapelable;anhela encontrar expresión. Hay en mí un anhelo de amor, que habla por sí mismo el lenguaje del amor.

La luz soy yo: ¡ah, si fuera la noche! Pero es mi soledad la que me hace nacer de la luz.

¡Ah, si yo fuera oscuro y nocturno! ¡Cómo chuparía yo los pechos de la luz!

Y a vosotros mismos os bendeciría, estrellas centelleantes y luciérnagas en lo alto, y me regocijaría en los dones de vuestra luz.

Pero vivo en mi propia luz, bebo de nuevo en mí las llamas que brotan de mí.

No conozco la felicidad del que recibe; y muchas veces he soñado que robar debe ser más dichoso que recibir.

Es mi pobreza que mi mano no deja de dar; es mi envidia que veo los ojos que esperan y las noches iluminadas de anhelo.

¡Oh, la miseria de todos los dadores! ¡Oh, el oscurecimiento de mi sol! ¡Oh, el ansia de anhelar! ¡Oh, el hambre violenta en la saciedad!

Toman de mí, pero ¿toco aún su alma? Hay una brecha entre el dar y el recibir; y la pequeña brecha tiene que ser finalmente superada.

Un hambre surge de mi belleza: Quisiera herir a los que ilumino; quisiera robar a los que he regalado: así tengo hambre de maldad.

Retirar mi mano cuando otra mano ya se extiende hacia ella; dudar como la cascada, que vacila incluso en su salto:- ¡así tengo hambre de maldad!

Tal venganza piensa mi abundancia de tal travesura brota de mi soledad.

Mi felicidad al dar murió al dar; ¡mi virtud se cansó de sí misma por su abundancia!

siempreda corre el peligro de perder la vergüenza; parael que siempre dispensa, la mano y el corazón se vuelven insensibles por el hecho de dispensar

Mi ojo ya no se desborda por la vergüenza de los suplicantes; mi mano se ha vuelto demasiado dura para el temblor de las manos llenas.

¿De dónde han salido las lágrimas de mis ojos, y el abatimiento de mi corazón? ¡Oh, la soledad de todos los que dan! ¡Oh, el silencio de todos los que brillan!

Muchos soles giran en el espacio del desierto: a todo lo que está oscuro le hablan con su luz, pero a mí me callan.

Oh, esta es la hostilidad de la luz al que brilla: impiadosamente sigue su curso.

Injusto para el que brilla en su corazón más íntimo, frío para los soles:- así viaja cada sol.

Como una tormenta, los soles siguen su curso: ese es su viaje. Siguen su voluntad inexorable: ésa es su frialdad.

¡Oh, sólo sois vosotros, oscuros, nocturnos, los que extraéis calor de los luminosos! ¡Oh, vosotros sólo bebéis leche y refresco de las ubres de la luz!

Ah, hay hielo a mi alrededor; ¡mi mano arde con el hielo! Ah, hay sed en mí; ¡pide tu sed!

Es de noche: ¡ay, que tengo que ser ligero! ¡Y la sed de la noche! ¡Y la soledad!

Es de noche: ahora mi anhelo brota en mí como una fuente,- para hablar anhelo.

Es de noche: ahora todas las fuentes que brotan hablan más fuerte. Y mi alma también es una fuente que brota.

Es de noche: ahora se despiertan todas las canciones de los que aman. Y mi alma también es la canción de un amor.-

 

Así cantó Zaratustra.

 

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