"Para los limpios todo es limpio", así dice la gente. Yo, sin embargo, os digo: ¡Para los cerdos todo se vuelve puerco!
Por eso predican los videntes y los cabezas inclinadas (cuyos corazones también están inclinados): "El mundo mismo es un monstruo asqueroso".
Porque todos estos son espíritus impuros; pero especialmente aquellos que no tienen paz ni descanso, a menos que vean el mundo desde atrás: el más allá.
A esos se lo digo a la cara, aunque suene desagradable: el mundo se parece al hombre, en que tiene un trasero,- ¡tanto es así!
Hay mucha suciedad en el mundo: ¡es cierto! ¡Pero el mundo en sí mismo no es, por tanto, un monstruo sucio!
Hay sabiduría en el hecho de que muchas cosas en el mundo huelen mal: ¡el odio mismo crea alas, y poderes de división de la fuente!
En lo mejor sigue habiendo algo que aborrecer; y lo mejor sigue siendo algo que hay que superar-.
Oh, hermanos míos, hay mucha sabiduría en el hecho de que hay mucha suciedad en el mundo.