15.

Tales palabras oí decir a los piadosos de ultratumba a sus conciencias, y ciertamente sin maldad ni astucia, aunque no hay nada más astuto en el mundo, ni más perverso.

"¡Que el mundo sea como es! No levantéis un dedo contra él".

"Que quien quiera ahogar, apuñalar, desollar y raspar al pueblo: ¡no levante un dedo contra él! Así aprenderán a renunciar al mundo".

"Y tu propia razón - ésta la sofocarás y la ahogarás tú mismo; porque es una razón de este mundo, - así aprenderás tú mismo a renunciar al mundo".

-Romped, romped, oh hermanos míos, esas viejas tablas de leyes de los piadosos. Romped las máximas de los malvados del mundo.

 

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