8.

Cuando el agua tiene tablas, cuando las pasarelas y las barandillas sobrepasan la corriente, en verdad, no se cree a quien entonces dice: "Todo está en flujo".

Pero incluso los simplones lo contradicen. "¿Qué?", dicen los simplones, "¿todo en flujo? ¡Los tablones y las barandillas siguen sobre el arroyo!

"Sobre la corriente todo es estable, todos los valores de las cosas, los puentes y los cojinetes, todo el "bien" y el "mal": ¡todo esto es estable!"

Llega, sin embargo, el duro invierno, el domador de arroyos, entonces aprende hasta la más ingeniosa desconfianza, y en verdad, no sólo los simplones dicen entonces: "¿No debería todo pararse?"

"En el fondo, todo está quieto", es una doctrina invernal apropiada, un buen ánimo para un periodo improductivo, un gran consuelo para los que duermen en invierno y los que se quedan en la chimenea.

"Fundamentalmente está todo quieto"-: ¡pero al contrario, predica el viento de deshielo!

El viento de deshielo, un buey, que no es un buey de arado- ¡un buey furioso, un destructor, que con cuernos furiosos rompe el hielo! El hielo, sin embargo... ¡rompe pasarelas!

Oh, hermanos míos, ¿no está todo en cambio en la actualidad? ¿No han caído al agua todas las barandillas y pasarelas? ¿Quién se aferra todavía al "bien" y al "mal"?

"¡Ay de nosotros! ¡Salve a nosotros! ¡El viento del deshielo sopla!"- ¡Así predicáis, hermanos míos, por todas las calles!

 

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