7.

¡Déjame en paz! ¡Déjame en paz! Soy demasiado pura para ti. ¡No me toques! ¿No se ha vuelto mi mundo perfecto?

Mi piel es demasiado pura para tus manos. ¡Déjame en paz, día aburrido y estúpido! ¿No es más brillante la medianoche?

Los más puros deben ser los dueños del mundo, los menos conocidos, los más fuertes, las almas de medianoche, que son más brillantes y profundas que cualquier día.

Oh día, ¿tú me buscas a tientas? ¿sientes por mi felicidad? ¿Para ti soy rico, solitario, un pozo de tesoros, una cámara de oro?

Oh mundo, ¿me quieres? ¿Soy mundano para ti? ¿Soy espiritual para ti? ¿Soy divino para ti? Pero día y mundo, sois demasiado toscos,-

-Tengan manos más inteligentes, agárrense a la felicidad más profunda, a la infelicidad más profunda, agárrense a algún Dios; no se agarren a mí:

-Mi infelicidad, mi felicidad es profunda, tú extraño día, pero sin embargo no soy Dios, ni el infierno de Dios: profunda es su desdicha.

 

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