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Al punto de haber muerto Estrabón sufrió Pompeyo a nombre suyo a causa de malversación de los caudales públicos; y habiendo Pompeyo cogido in fraganti al liberto Alejandro, que tomaba para sí la mayor parte de ellos, dio la prueba de este hecho ante los jueces. Acusábasele, sin embargo, de tener en su poder ciertos lazos de caza y ciertos libros del botín de Ásculo. y, ciertamente, los había recibido de mano del padre cuando Ásculo fue tomado; pero los perdió después, con motivo de que, al volver Cina a Roma, los de su guardia allanaron la casa de Pompeyo y la robaron. Tuvo durante el juicio diferentes confrontaciones con el acusador, en las que, habiéndose mostrado más expedito y firme de lo que su edad prometía, se granjeó grande opinión y el favor de muchos: tanto, que Antistio, que era el pretor y ponente de la causa, se aficionó de él y ofreció darle su hija en matrimonio, tratando de ello con sus amigos. Admitió Pompeyo la proposición, y aunque los capítulos se hicieron en secreto no se ocultó a los demás el designio, en vista de la solicitud de Antistio. Finalmente, al publicar éste la sentencia de los jueces, que era absolutoria, el pueblo, como si fuese cosa convenida, prorrumpió en la exclamación usada por costumbre con los que se casan, diciendo: Talasio. Dícese haber sido el origen de esta costumbre el siguiente: Cuando en ocasión de haber venido a Roma, al espectáculo de unos juegos, las hijas de los Sabinos, las robaron para mujeres los más esforzados y valientes de los Romanos, algunos pastores, vaqueros y otra gente oscura llevaban también robada a una doncella, ya en edad y sumamente hermosa. Estos, para que alguno de los más principales con quien pudieran encontrar- se no se la quitara, iban corriendo y gritando a una voz: “A Talasio”. Era este Talasio uno de los jóvenes más conocidos y estimados, por lo que los que oían su nombre aplaudían y gritaban, como regocijándose y celebrando el hecho; y de aquí dicen que provino, por cuanto aquel matrimonio fue muy feliz para Talasio, el que por fiesta se dirija esta exclamación a los que se casan. Esta es la historia más probable de cuantas corren acerca de la exclamación de Talasio. De allí a pocos días casó Pompeyo con Antistia.

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