44

Bajó después a la Hircania con lo más florido de sus tropas, y viendo un golfo de mar no menor que el Ponto Euxino, aunque de agua más dulce que los otros mares, nada pudo averiguar de cierto acerca de él, y lo más que conjeturó fue que vendría a ser una filtración de la laguna Meotis. Con todo, a los ejercitados en las investigaciones físicas no se les ocultó la verdad, sino que muchos años antes de la expedición de Alejandro nos dejaron escrito que siendo cuatro los golfos que del mar exterior se entran en el continente, el más boreal es éste, que se llama mar de Hircania, y también Mar Caspio. Allí unos bárbaros, que por casualidad se encontraron con los palafreneros que conducían el caballo Bucéfalo, de Alejandro, se lo robaron, lo que le irritó sobre manera; y habiendo enviado un heraldo, les intimó la amenaza de que los pasaría a todos a cuchillo, con sus hijos y sus mujeres, si no le volvían el caballo; pero luego que vinieron a restituírselo, haciendo además entrega de sus ciudades, los trató a todos con mucha humanidad y dio el rescate del caballo a los que lo habían robado.

Share on Twitter Share on Facebook