11

Cuando Filipo, tratando de meterse en la Eubea, condujo las tropas desde la Macedonia y se dedicó a ganar las ciudades por medio de los tiranos, Plutarco de Eretria acudió a los Atenienses, y pidiéndoles que libertaran la isla de las manos del rey de Macedonia, en que ya se hallaba, fue Foción enviado de general con pocas fuerzas, por decirse que los habitantes estaban prontos a pasarse a él; mas, habiéndolo encontrado todo lleno de traidores, todo en mala disposición, y socavado con dádivas, se vio puesto en gran peligro, y habiendo tomado un montecito, cortado con un gran barranco de la llanura de Táminas, contenía y resguardaba en él lo más aguerrido de sus tropas; dando orden a los generales respecto de los insubordinados, habladores y malos, para que no hicieran caso si los veían desertar y apartarse del campamento: “Porque aquí- les decía- no serán de provecho, sino más bien perjudiciales por su indisciplina a los que hayan de pelear, y allá detenidos, con la conciencia de este delito, gritarán menos contra mí y no me calumniarán”.

Share on Twitter Share on Facebook