Avisado secretamente por los de Mégara, temerosos de que si los Beocios lo entendían se les adelantaran a ofrecer su socorro, convocó a junta muy de mañana; y anunciando la solicitud de Mégara a los Atenienses, apenas hubieron resuelto, dio la señal con la trompeta, y haciéndoles tomar las armas marchó con ellos desde la misma junta. Recibido con sumo placer por los de Mégara, fortificó a Nisea, y tiró por medio dos ramales desde la población al puerto, juntando así la ciudad con el mar; de manera que, no dándole ya cuidado los enemigos que pudieran acometerla por tierra, quedó como incorporada con los Atenienses.