39

Súpose en Roma que iba a llegar con las naves, y todos los magistrados y sacerdotes, todo el Senado y una gran parte del pueblo salieron río abajo a encontrarle, de manera que una y otra orilla estaba llena de gente, y en el concurso y el regocijo no era inferior a un triunfo aquel recibimiento, una cosa hubo en esto que chocó y pareció sobrado arrogante, y fue que, presentándose los cónsules y pretores, no saltó en tierra para saludarlos, ni hizo parar la nave, sino que, pasando apresuradamente la orilla, yendo en una galera real de seis bancos, no aflojó el curso hasta haber entrado con su escuadra en el muelle. Mas como quiera, cuando se llevaron los caudales por la plaza, el pueblo se admiró de tan grande cantidad; y reunido el Senado, después de tributar a Catón las debidas alabanzas, le decretó una pretura extraordinaria y el honor de que asistiera a los espectáculos con ropa de púrpura; pero Catón renunció estas distinciones, y sólo propuso y persuadió al Senado que diera libertad a Nicias, mayordomo del rey, haciendo presentes su fidelidad y su celo. Era cónsul Filipo, el padre de Marcia, y en cierta manera toda la dignidad y poder de esta magistratura se trasladaron a Catón, no siendo menor el respeto que el colega tributaba a Catón por su virtud que el que Filipo le tenía por razón del deudo.

Share on Twitter Share on Facebook