40

Vuelto en esto Cicerón del destierro a que fue enviado por Clodio, recobró desde luego gran poder y quitó y recogió por fuera del Capitolio las tablas tribunicias que Clodio había escrito y colocado en él, en ocasión de hallarse éste ausente. Congregóse con este motivo el Senado, y acusándole Clodio, dijo Cicerón que, habiendo sido ilegítimo el nombramiento de Clodio para el tribunado, debía anularse e invalidarse todo cuanto por él se había hecho y propuesto; mas opúsose Catón, quien, por fin, levantándose, manifestó que ciertamente no tenía por saludable y útil ninguna de las providencias dictadas por Clodio; pero si hubiera quien anulase todo lo que hizo siendo tribuno, vendría a anularse también su administración en Chipre, y no habría sido legítima su misión, como decretada por un magistrado ilegítimo; fuera de que la elección de Clodio no había sido contra ley, pues que, permitiéndolo ésta, había pasado del estado de los patricios a una familia plebeya; y si fue un mal magistrado como otros, lo que había que hacer era obligarle a dar razón de sus injusticias, y no anular la autoridad, que en nada había faltado. De resultas de esta contienda, se enojó Cicerón con Catón, y estuvo por mucho tiempo interrumpida su amistad; pero al fin más adelante se reconciliaron.

Share on Twitter Share on Facebook