Hallábanse en mal estado las cosas de Escipión y Varo, a causa de que por discordias y disensiones entre sí tenían que lisonjear y hacer la corte a Juba, que sin esto era insufrible, por la gran altanería y orgullo que le daban sus riquezas y poder, así es que, habiendo de verse por la primera vez con Catón, puso su sitial en medio del de éste y el de Escipión: pero Catón, luego que lo vio, tomando su sitial, lo pasó al otro lado, poniendo en medio a Escipión, no obstante que era su enemigo y había publicado un libro en que se proponía difamarle. Mas a esto no le dan ningún valor, y porque en Sicilia paseándose tomó en medio a Filóstrato en honor de la filosofía, por esto le censuran. Entonces, pues, contuvo a Juba, que casi había hecho sus sátrapas a Escipión y a Varo, y a éstos los reconcilió e hizo amigos. Deseaban todos que tomara el mando, y Escipión y Varo fueron los primeros que, desistiendo de él, se lo cedieron; pero respondió que no quebrantaría las leyes cuando hacían la guerra al que las quebrantaba, ni se antepondría, no siendo más que pretor, al que era procónsul, porque Escipión había sido nombrado procónsul, y los más tenían gran confianza de que vencerían por el nombre, mandando el África un Escipión.