Habiéndolo entendido Demetrio, se encaminó desde el mar a Quinda, donde encontró que aún habían quedando mil doscientos talentos, los que recogió, y dándose prisa a embarcarse se hizo sin detención al mar. Reuniósele a este tiempo su mujer File, y en Roso le salió a recibir Seleuco. Fue esta primera entrevista sencilla, franca y regia, habiendo tenido primero Seleuco convidado en su tienda en el campamento de Demetrio, y recibido después Demetrio a aquel en su galera. Había entre ellos fiestas, conferencias y pasatiempos, sin guardias y sin armas, hasta que, desposándose con grande aparato Seleuco con Estratonica, se restituyó a Antioquía. Demetrio recobró la Cilicia, y envió a su mujer File a la corte de Casandro, su hermano, con el objeto de desvanecer las acusaciones de Plistarco. En esto, Deidamía, que había venido de la Grecia a reunirse con él, al cabo de poco tiempo murió de una enfermedad. Hizo amistad con Tolomeo por medio de Seleuco, entrando en el tratado que tomaría a Tolemaida, hija de Tolomeo, por mujer. Hasta aquí la conducta de Seleuco había sido muy urbana y civil; pero habiendo pretendido que Demetrio le entregara la Cilicia por cierta suma, porque éste no se prestó a ello le pidió con grande enojo la restitución de Sidón y de Tiro, dando muestras de obrar con la mayor violencia y propasarse a los mayores excesos; porque habiendo hecho suyo cuanto hay desde el mar de la India hasta la Siria, todavía era tan menesteroso y pobre, que por solas dos ciudades le era preciso no dejar vivir a un hombre que, sobre ser su suegro, había experimentado tales mudanzas de fortuna, dando en esto el más relevante testimonio a la sentencia de Platón, que exhorta al que quiera ser verdaderamente rico a que en lugar de aumentar la riqueza disminuya el deseo insaciable de tener, pues el que no sabe acallar la avaricia jamás se verá libre ni de pobreza ni de miseria.