13

Esto mismo fue lo que dio más aliento a Bruto y Casio, los cuales, reuniendo para tratar del hecho a los amigos que eran más de su confianza, dudaban en cuanto a Antonio; algunos querían asociarle, pero lo contradijo Trebonio, refiriendo que cuando salieron a recibir a César, que volvía de España, tuvieron un mismo alojamiento y caminaron juntos él y Antonio, y que habiendo tocado a éste la especie con mucho tiento y precaución, lo había entendido, mas no había admitido la confianza; aunque tampoco lo había dicho a César, sino que había reservado con la mayor fidelidad aquella conversación. En consecuencia de esto, deliberaron sobre acabar con Antonio cuando dieran muerte a César; pero lo resistió Bruto, diciendo que una acción que se emprendía en defensa de las leyes y de lo justo debía estar separada y pura de toda injusticia. Mas temiendo las fuerzas de Antonio y la dignidad de su magistratura, destinaron para él a algunos de los conjurados, con el objeto de que cuando César entrase en el Senado y se hubiera de ejecutar lo proyectado le hablaran a la parte de afuera y lo detuvieran fingiendo tener que tratar con él algún negocio.

Share on Twitter Share on Facebook