De los hijos de Antonio, a Antilo, el tenido en Fulvia, le quitaron la vida, habiendo sido entregado por su ayo Teodoro, y al cortarle los soldados la cabeza, el ayo le quitó una piedra de mucho valor que llevaba al cuello y la guardó en el ceñidor. Él lo negó; pero habiendo sido descubierto, fue puesto en una cruz. Los hijos de Cleopatra, custodiados con los encargados de su crianza, fueron tratados con decoro. A Cesarión, el que se decía haber tenido de César, lo envió la madre con gran cantidad de riquezas a la India por la Etiopía; pero su ayo Rodón, semejante a Teodoro, le hizo volver, engañándole con que César le llamaba al reino. Deliberaba César acerca de él, y se refiere haberle dicho Areo: No es la policesarie conveniente.