El intento y objeto con que adquirieron el poder de parte de Demetrio estaba exento de censura, siendo el de dominar y reinar sobre hombres acostumbrados a ser dominados y que buscaban vivir bajo el mando de un rey, pero Antonio era reprensible y tiránico, por cuanto aspiraba a esclavizar al pueblo romano, que, acababa de sustraerse a la monarquía de César; y lo más grande e ilustre de cuanto hizo en su vida, esto es, la guerra contra Casio y Bruto, fue una guerra lidiada con el execrable fin de privar a la patria y a sus conciudadanos de la libertad: pero Demetrio, antes de venir a sus inevitables infortunios, se ocupó en libertar a la Grecia y en arrojar las guarniciones de las ciudades, y no como Antonio, que se vanagloria de haber dado muerte en Macedonia a los que peleaban por volver la libertad a Roma. Una cosa hay que se alaba mucho en Antonio, que es su largueza y liberalidad; sin embargo, en esta misma se le aventaja tanto Demetrio, que a sólo sus enemigos hizo tales dones, cuales no hizo nunca a sus amigos Antonio; y si se celebra en éste haber mandado envolver y dar sepultura a Bruto, aquel cuidó del entierro de todos los enemigos que habían muerto en la guerra y restituyó a Tolomeo los cautivos con sus equipajes y con dádivas.