Vuelto Filisto, al punto se asoció a la tiranía, habiendo al mismo tiempo denuncias y acusaciones de otros contra Dion ante el tirano sobre que había tratado con Teódotes y Heraclides para destruir la tiranía. Y, a lo que parece, él esperaba poder despojar a ésta por medio de Platón, cuando llegase, de lo que tenía de demasiado despótica y desmandada, haciendo de Dionisio un imperante benigno y legítimo; mas si se resistía y no se ablandaba, tenía resuelto destruir su autoridad y restituir a los Siracusanos su gobierno, no porque le agradase la democracia, sino porque la prefería a la tiranía para los que no acertaban a establecer una aristocracia justa y saludable.