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Cuando se hallaban los negocios en este estado, sobrevino otra mudanza con la llegada de César el joven, porque siendo hijo de una sobrina del dictador, lo adoptó éste por hijo suyo y le nombró su heredero. Hallábase en Apolonia cuando fue muerto César, entregado al estudio de la elocuencia, y además esperaba allí a éste, que tenía resuelto marchar muy en breve contra los Partos. Luego que tuvo noticia de aquel suceso, se vino a Roma, y tomando el nombre de César por principio de hacer suya la muchedumbre, con esto y con distribuir a los ciudadanos el dinero que les había sido legado se formó un partido contra el de Antonio, y haciendo otros donativos, ganó y atrajo al suyo a muchos de los que habían militado bajo César. Como Cicerón, por su odio contra Antonio, favoreciese los intentos de César, Bruto le reprendió ásperamente, escribiéndole que Cicerón no esquivaba tener un señor, sino que lo que temía era un señor que le aborreciese, y trabajaba por la elección de una servidumbre más benigna, escribiendo y diciendo que César era humano, “y nuestros padres-añadía- no podían sufrir señores, por benignos y suaves que fuesen, y que si bien entonces no se determinaba a hacer la guerra, tampoco a estarse absolutamente en ocio, pues lo que tenía firmemente resuelto era no ser esclavo, admirándose de que Cicerón temiese la guerra civil y sus peligros, y no mirase con horror una paz ignominiosa e indigna, pidiendo por salario de derribar a Antonio el tener a César por tirano”.

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