Además de esto, Antistio le dio quinientos mil sestercios del dinero que trajera también a Italia. Acudían de otra parte a él con el mayor placer cuantos andaban errantes de los que pertenecieron al ejército de Pompeyo, y quitó a Cina quinientos caballos que conducía para Dolabela al Asia. Pasó por mar a Demetríade y se apoderó de crecido número de armas que se remitían entonces a Antonio, habiendo sido antes allegadas de orden de César el Dictador para la guerra contra los Partos. Hízole entrega Hortensio de la Macedonia, y cuando se habían sublevado y puesto de su parte los reyes y potentados de todo aquel país, se le da la noticia de que Gayo, el hermano de Antonio, llegado de Italia, se dirigía a los acantonamientos de las tropas que Gabino había reunido en Dirraquio y Apolonia. Deseando, pues, Bruto anticiparse y tomarlas para sí, movió sin dilación con los que consigo tenía, y en medio de la nieve marchó por lugares ásperos y difíciles, adelantándose mucho a los que llevaban las provisiones de boca. Llegado ya cerca de Dirraquio, con la fatiga y el frío experimentó una cruel hambre, accidente que suele hacerse sentir a las bestias y a los hombres cuando se fatigan en tiempo de nieves, o porque el calor, retirándose todo adentro, con la frialdad y condensación consume mucho alimento, o porque cierto soplo delgado y tenue que despide la nieve al deshacerse corta el cuerpo y descompone el calor que está difundido por todo él, pues aun el sudor se dice que proviene del calor que se apaga en la superficie al encontrarse con el frío. Mas de estas cosas hemos tratado con mayor detención en otros escritos.