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Hízoselo así presente Alcibíades, y les persuadió que trasladaran sus fuerzas a Sesto; pero los generales no le dieron oídos, y aun Tideo le ordenó con expresiones injuriosas que se retirase, porque no era él, sino ellos mismos, quienes tenían el mando; con lo que se retiró Alcibíades, no sin formar de ellos alguna sospecha de traición, y diciendo a los que le acompañaban desde el campamento, por ser sus conocidos, que, a no haber sido tan ignominiosamente despedido por los generales, en breves días hubiera puesto a los Lacedemonios en la precisión de combatir contra su voluntad o de abandonar las naves. Algunos lo graduaron de jactancia, mas a otros les pareció que iba muy fundado, si su ánimo era llevar por tierra muchos de los soldados tracios, tiradores y de a caballo, y acometer y poner con ellos en desorden el campo enemigo. Por de contado que adivinó y predijo acertadamente los errores de los Atenienses; bien pronto lo acreditó el suceso: porque viniendo sobre ellos repentina e inesperadamente Lisandro, sólo ocho naves se salvaron con Conón; todas las demás, que eran muy cerca de doscientas, cayeron en poder de los enemigos; y de las tropas, a unos tres mil hombres que Lisandro tomó vivos, a todos los pasó al filo de la espada. Tomó también a Atenas de allí a poco, incendió sus naves y destruyó la llamada larga muralla. En vista de esto, temiendo Alcibíades a los Lacedemonios, que dominaban por tierra y por mar, se trasladó a Bitinia, haciendo conducir y llevando consigo inmensa riqueza y dejando todavía mucha más en la ciudad de su residencia. Perdió también después en Bitinia gran parte de sus bienes, robado de los Tracios de aquella parte, por lo que determinó ir a ponerse en manos de Artojerjes, pensando que, si llegaba el caso, haría al rey servicios no inferiores en sí a los de Temístocles y más recomendables en su objeto, porque no se emplearía, como aquel, contra sus ciudadanos, sino que en favor de la patria y contra sus enemigos trabajaría e imploraría el poder del rey. Juzgando, empero, que por medio de Farnabazo sería más seguro su viaje, se encaminó hacia él a la Frigia, donde en su compañía se detuvo, obsequiándole y siendo de él honrado.

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