26

Marcio y Tulo, entre tanto, trataban en Ancio reservadamente con los de mayor poder, y los exhortaban a promover la guerra, mientras los Romanos estaban en disensiones unos con otros; y cuando trabajaban en persuadirlos, porque les oponían la tregua y armisticio de dos años convenido entre los dos pueblos, los Romanos mismos le dieron ocasión y pretexto con haber hecho publicar por pregón, a causa de cierta sospecha, o más bien calumnia, que los Volscos que asistiesen a los espectáculos y juegos debieran salir de la ciudad antes de ponerse el sol. Hay quien diga que esto se hizo por amaño y dolo de Marcio, que envió a Roma quien falsamente acusase a los Volscos de tener meditado sorprender a los Romanos en sus espectáculos e incendiar la ciudad; ello es que aquel pregón a todos los enemistó más y más con los Romanos. Acalorábalos además Tulo, e instigábalos de continuo, hasta que logró persuadirles que enviasen a Roma a intimar la restitución de las tierras y las ciudades que en la guerra se habían tomado a los Volscos. Mas los Romanos, oída la embajada, se llenaron de indignación y dieron por respuesta que los Volscos serían los primeros a tomar las armas, pero los Romanos serían los últimos en deponerlas. Con esto, congregando Tulo al pueblo en junta general, luego que hubieron decretado la guerra, les aconsejó que se llamase a Marcio, no conservando memoria alguna de los males antiguos, sino teniendo por cierto que de auxiliarles haría más bien que mal les había hecho siendo enemigo.

Share on Twitter Share on Facebook