Sila no sólo previó su muerte, sino que en cierta manera escribió acerca de ella; porque acabó de escribir el libro vigésimosegundo de sus Comentarios dos días antes de morir, y dice haberle predicho los Caldeos que después de haber tenido una vida ilustre y señalada fallecería en el colmo de sus felicidades. Dice asimismo que un hijo suyo, muerto pocos días antes de Metela, se le apareció entre sueños, presentándose con una vestidura pobre, y le rogó se dejara ya de cuidados, y que, yendo con él adonde estaba su madre Metela, viviese con ésta en quietud y sin afanes. Mas no por esto se abstuvo de intervenir en los negocios públicos; porque diez días antes de su fallecimiento reconcilió a los de Putéolos, que andaban revueltos e inquietos entre sí, y les dio ley según la que se gobernasen, y un día antes, habiendo entendido que el empleado Granio, deudor a los caudales públicos, no pagaba, sino que aguardaba a que él muriese, lo mandó llamar a su cuarto, allí, en su presencia, hizo que los ministros lo estrangulasen; y rompiéndosele con las voces y el acaloramiento la apostema, arrojó cantidad de sangre. Faltáronle con esto las fuerzas, y, pasando con gran fatiga la noche, murió. dejando de Metela dos hijos pequeños, y Valeria, después de su muerte, dio a luz una niña, a la que pusieron el nombre de Postumia: porque así llaman los Romanos a los hijos que nacen después de la muerte de sus padres.