18

Con tal diligencia hacían los muchachos estos hurtos, que se cuenta de uno que hurtó un zorrillo y lo ocultó debajo de la ropa, y despedazándole este el vientre con las uñas y con los dientes, aguantó y se dejó morir por no ser descubierto; lo que no se hace increíble aun respecto de los jóvenes de ahora, a muchos de los cuales hemos visto desfallecer aguantando los azotes sobre el ara de Ártemis Ortia. En los banquetes sentado el Eirén, a uno le mandaba cantar y a otro le dirigía alguna pregunta que pidiese una meditada respuesta, como por ejemplo: cuál de los hombres es el mejor, o qué le parecía tal acción de alguno. De este modo se acostumbraban desde luego a juzgar de lo bueno y honesto, y a poner cuidado en discernir las acciones de los ciudadanos, porque si preguntado alguno quién era buen ciudadano, o quién no tenía buen concepto, se hallaba dudoso en responder, teníanlo por señal de un espíritu tardo y poco inflamado en el amor de la virtud. La respuesta debía contener la causa, y una demostración encerrada en breve y cortada sentencia; y el castigo del que respondía sin reflexión era ser mordido por el Eirén en el pulgar. Muchas veces el Eirén, imponiendo estas penas a los muchachos a presencia de los ancianos y de los magistrados, daba las pruebas de que los castigaba con razón y como era debido; y mientras daba el castigo nada se le decía; pero, retirados los muchachos, se le hacía cargo si había sido en la reprensión más áspero de lo justo, o al revés, si había andado indulgente y blando. Los amadores tomaban parte en el concepto de los jóvenes en bien y en mal: así se dice que, habiendo un joven prorrumpido en la lucha con un grito impropio, fue multado su amador por los magistrados. Con todo de ser entre ellos tan recibido esto de tener amadores, que aun las mujeres de mayor opinión de bondad tenían doncellas a quienes amaban, no había celos ni envidias, sino que solía ser esto mismo principio de amistad entre sí en los que amaban a uno mismo, y de común acuerdo trabajaban en hacer a su amado el más excelente de todos.

Share on Twitter Share on Facebook