Habiendo empezado Mucio a llamar de nuevo las curias, no pudo conseguir que se hiciera nada con concierto, por el gran tumulto que movían los últimos, impelidos e impeliendo a los que venían de la otra parte y se metían entre ellas a viva fuerza. En esto Fulvio Flaco, del orden senatorio, poniéndose en sitio de donde fuera visto, como no pudiese hacerse oír, hizo señas con la mano de que tenía que decir una cosa aparte a Tiberio; y mandando éste a la muchedumbre que le hiciera paso, subió aquel con gran dificultad, y, puesto en su presencia, le anunció que, reunido el Senado, los ricos, no habiendo podido atraer a su partido al cónsul, habían resuelto por sí quitarle la vida, teniendo armados a muchos de sus esclavos y amigos para el efecto.