Teniendo siempre en memoria a Berenice y Tolomeo, a un niño que tuvo de Antígona le impuso este nombre, y habiendo edificado una ciudad en la península del Epiro, la llamó Berenícida. Después de esto, trayendo y revolviendo en su ánimo muchas y grandes ideas, y aun teniendo concebidas de antemano esperanzas sobre los pueblos inmediatos, encontró, para ingerirse en los negocios de Macedonia, el pretexto de haber Antípatro, hijo mayor de Casandro, dado muerte a su madre Tesalonica y hecho huir a su hermano Alejandro, el cual envió a suplicar a Demetrio que le socorriese, llamando también en su auxilio a Pirro. Deteníase Demetrio por otras atenciones, y presentándose Pirro le pidió por premio de su alianza la Estinfea y la parte litoral de la Macedonia y de los pueblos agregados a Ambracia, Acarnania y Anfiloquia. Cedióselo todo aquel joven, y él lo ocupó, poniendo guarniciones y adquiriendo para Alejandro todo lo demás de que pudo desposeer a Antípatro.