XVIII

¡Bueno me hallo yo, que habia escrito á mi tierra á un amigo cómo me habia encontrado mi ventura en Madrid con una muchacha tan hermosa y tan linda, que no habia más que pedir; y ahora he descubierto en su condicion que cada dia hay que pedir mucho más! Yo, señora, me hallo tan bien con mi dinero, que no sé por dónde ni cómo echarle de mí; y me aplico más á tomar que á repartir. Advierta vuesamerced que lleva camino de sacarme de pecado, porque estoy resuelto ántes de salvarme de balde, que condenarme á puro dinero. Y bien mirado, todo el infierno no vale nada; y vuesamerced lo encarece, como si faltaran demonios á quien los quisiere. Vuesamerced vuelva los dientes y las uñas á otra parte, porque yo tengo la castidad por logro, y soy pecador de lance. Y lo mió fuera suyo, si no tuviera un amor que se precia de miserable. Doyme por respondido, y á más ver y ménos pedir.

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