Fábula XI. La Tortuga y el Águila.

Una Tortuga á una Águila rogaba

La enseñase á volar; así la hablaba:

—Con sólo que me des cuatro lecciones,

Ligera volaré por las regiones:

Ya remontado el vuelo,

Por medio de los aires, hasta el cielo,

Veré cercano al sol y las estrellas,

Y otras cien cosas bellas:

Ya rápida bajando,

De ciudad en ciudad iré pasando;

Y de este fácil delicioso modo

Lograré en pocos días verlo todo.

El Águila se rió del desatino:

La aconseja que siga su destino,

Cazando torpemente con paciencia,

Pues lo dispuso así la Providencia.

Ella insiste en su antojo ciegamente:

La reina de las aves prontamente

La arrebata, la lleva por las nubes:

—Mira, la dice, mira cómo subes.

Y al remontarla, dijo—¿Vas contenta?

Se la deja caer, y se revienta.

Para que así escarmiente

Quien desprecia el consejo del prudente.