Fábula XI. Los dos Cazadores.

Que en una marcial función,

Ó cuando el caso lo pida,

Arriesgue un hombre su vida,

Digo que es mucha razón.

Pero el que por diversión

Exponer su vida quiera

Á juguete de una fiera,

Ó peligros no menores,

Sepa de dos Cazadores

Una historia verdadera.

Pedro Ponce, el valeroso,

Y Juan Carranza, el prudente,

Vieron venir frente á frente

Al lobo más horroroso.

El prudente, temeroso,

Á una encina se abalanza,

Y cual otro Sancho Panza,

En las ramas se salvó.

Pedro Ponce allí murió:

Imitemos á Carranza.