Fábula XI. La Muerte.

Pensaba en elegir la reina Muerte

Un ministro de Estado.

Le quería de suerte

Que hiciese floreciente su reinado.

—El Tabardillo, Gota, Pulmonía,

Y todas las demás enfermedades,

Yo conozco, decía,

Que tienen excelentes calidades.

Mas ¿qué importa? La Peste, por ejemplo,

Un ministro sería sin segundo;

Pero ya por inútil la contemplo

Habiendo tanto médico en el mundo.

Uno de estos elijo... Mas no quiero,

Que están muy bien premiados sus servicios

Sin otra recompensa que el dinero.—

Pretendieron la plaza algunos vicios,

Alegando en su abono mil razones.

Consideró la reina su importancia,

Y, después de maduras reflexiones,

El empleo ocupó la Intemperancia.